En medio de las ruinas de las cuales habían sido una vez el escondite de los mortifagos, Harry finalmente vio al hombre que él odiaba tanto como odiaba a Voldemort mismo. Snape extrajo su varita. Harry sabía que Snape no pensaría dos veces antes de lanzar el maleficio asesino; él tampoco vaciló. Él acumulo todo su odio y apunto su varita a Snape. "Avada Kedavra!"

Tan pronto como la ráfaga de luz verde dejara la varita de Harry, Fawkes arremetió hacia abajo delante de Snape, abrió su ancho pico y trago el chorro de luz, absorbiendo la maldición. El Fénix exploto en llamas y cayó al piso.

Harry miro a Snape, el cual había conjurado una cierta clase de protector y ahora la ponía en la tierra. Snape se arrodilló y tocó las cenizas de Fawkes con una triste, e conmovida mirada.

Harry había quedado atontado y sin habla. Fawkes, que era totalmente leal a Dumbledore, había muerto para proteger Snape.

"¿Que es, Potter? ¿Es más de lo que su orgullo puede tomar, tener que admitir que estaba equivocado sobre mí?"

Harry suspiro y deseaba que pudiera estar en una historia alterna, donde habría buenos y malos personajes y él podrían decir cuál era cuál apenas mirando sus caras. Pero él tendría que aprender vivir con esta realidad, donde el Fénix de Godric Gryffindor se sacrificó para salvar a un bastardo Slytherin.

"No espera que este feliz sobre ello, ¿verdad?" Harry dijo enérgicamente.

"Jamas." La voz de Snape sonaba irónica y triste al mismo tiempo. "Su felicidad nunca ha sido una prioridad mía."

"Debemos irnos," dijo Harry. "si usted realmente está espiando para nosotros, Voldemort no debe verlo hablando conmigo."

"Brillante deducción, Potter. Quizás no eres totalmente inútil, después de todo. Sin embargo, antes de que se vaya, déjeme darle algunas palabras de advertencia." Snape tomó al feo y frágil bebé Fénix de las cenizas. "Fawkes pasó por este proceso doloroso en vano. Su imperdonable ha dañado a uno de nuestros aliados más importantes, y posiblemente su alma - esperemos puede superar el daño, como lo hace el Fénix. No se olvide de lo que siempre le dijo Dumbledore: usted no derrotará al Señor Oscuro con imperdonables."

Harry trago difícilmente. Él no arquearía su cabeza a Snape. Pero no sabía qué decir.

"Cuide a Fawkes." Snape dio a Harry el bebé Fénix. "Piense en mis palabras. Hasta luego, Potter."

Las palabras de despedida de Snape repitieron dentro de la mente de Harry mientras que sostenía a Fawkes contra su pecho. Un gusto amargo vino en su boca. Snape estaba en lo cierto, y Harry seguiría su consejo. Pero él nunca perdonaría a Snape por tener razón.